Vivian Gornick (El Bronx, Nueva York,14 de junio de 1935) es una periodista, escritora y activista feminista estadounidense; considerada una de las voces más destacadas, en los años 70, de la segunda ola feminista de Estados Unidos.
Llegó en 1969 a la redacción del semanario alternativo The Village Voice donde narró las sacudidas del feminismo radical. Allí trabajó de 1969 a 1977 publicando también entre otros medios en The New York Times, The Nation y The Atlantic. Su "nuevo periodismo hablaba desde las barricadas del movimiento y, con atinada puntería, supo trasladar esa visión a la crítica literaria" destacan sobre su obra.
En 1969 apoyó la creación del grupo feminista radical New York Radical Feminists (NYRF) fundado por Shulamith Firestone y Anne Koedt, después de abandonar Redstockings y The Feminists, respectivamente. El deseo de Firestone y Koedt de iniciar este nuevo grupo fue apoyado por el artículo en el The Village Voice de Vivian Gornick en 1969, "The Next Great Moment in History Is Theirs" (El próximo gran momento en la historia es suyo). Al final del ensayo, se anunció la formación del grupo e incluyó una dirección de contacto y un número de teléfono, lo que despertó un gran interés nacional por parte de posibles miembros. El NYRF se organizó en pequeñas células o "brigadas" que llevaban el nombre de feministas notables del pasado; Koedt y Firestone lideraron la Brigada Stanton-Anthony. Gornick también publicó once libros; el más reciente, The Odd Woman and the City, fue publicado en mayo de 2015. Enseñó escritura en The New School y en año académico 2007-2008, fue becaria en el Radcliffe Institute en la Universidad de Harvard. En 2015 fue profesora visitante en la Universidad de Iowa en el programa de escritura de no ficción.
Gornick escribe sobre su experiencia vital que explica en primera persona. Una de sus obras de referencia es Apegos feroces.
El libro fue publicado en inglés en 1996 pero no fue traducido al español hasta 2019 (editorial Sexto Piso). Está considerado como un clásico del memorialismo estadounidense. En la obra reconstruye su infancia en un bloque de viviendas de familias judías en el Bronx junto a dos viudas: su madre, cuya temprana pérdida de su esposo la sume en un interminable y amargo duelo; y Nettie, la vecina, quien al quedarse sola toma el camino contrario y encuentra en el sexo su coto de poder. Estos recuerdos infantiles se intercalan con duras discusiones entre una Gornick adulta y su progenitora que mantienen durante sus paseos semanales por Manhattan.
"El movimiento feminista de los años setenta ejerció una gran influencia. Nos llevó a miles de mujeres a pensar cómo nos habíamos convertido en lo que éramos, y aquello nos condujo inmediatamente a nuestras madres. Fuimos las primeras en emprender esa búsqueda existencial y analítica" explica Gornick que reconoce en la escritora Natalia Ginzburg un referente.
Treinta años más tarde a los 80 años publica una segunda parte, La mujer singular y la ciudad (2015) el relato de una mujer que camina sola por la ciudad y recoge conversaciones y encuentros, rememora lecturas, amores e historias de antes y de ahora. La autora -señala la periodista cultural Mercè Ibarz- es una voz literaria que va a fondo, muy a fondo, de la propia experiencia y convierte una prosa confesional en crítica cultural.