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Tamara Łempicka, pintora polaca conocida por sus retratos y desnudos de estilo art déco.​


Tamara de Lempicka, también conocida como Tamara Łempicka (pronunciado Uempitsca), nacida Tamara Rosalia Gurwik-Górska (Varsovia, 16 de mayo de 1898, Polonia – Cuernavaca, México, 18 de marzo de 1980), fue una pintora polaca que alcanzó la fama en Europa, sobre todo en Francia, y en Estados Unidos con sus retratos y desnudos del estilo art déco.

Nació en un ambiente de lujos y abundancia y fue educada en un entorno femenino por su abuela, su madre y su tía. Durante su infancia viajó, tomó lecciones de arte y aprendió idiomas y buenos modales. En 1918, se casó con Tadeusz Łempicki, con quien se mudó a París, y allí continuó sus estudios de pintura.

Desde sus primeras obras, Lempicka buscó representar la figura humana. Al respecto comentó Germain Bazin: "Un cuadro de Tamara se representa en general como un bajorrelieve de una sola figura de volúmenes poderosos que llena todo el campo del lienzo, hasta el punto en que, a menudo, la cima de la cabeza está cortada por el borde superior"

Durante los años veinte, Lempicka asistió a clases con Maurice Denis en la Académie Ranson y posteriormente fue discípula del artista francés André Lhote en la Académie de la Grande Chaumière.

Influenciada por el cubismo, Lempicka es considerada una de las mayores representantes del estilo art déco en dos continentes. Fue la artista favorita de muchas estrellas de Hollywood y se la denominó "la baronesa con pincel".

Fue la retratista más reconocida de su generación entre las altas esferas sociales. A través de su red de amistades, fue capaz de exponer sus pinturas en los salones de mayor relevancia del momento.

Su producción se centra en retratos femeninos y en desnudos de ambos sexos. Siguiendo la tendencia de la pintura art decó, pintaba mujeres etéreas, con ropajes flotantes y dedos largos, si bien dan una impresión férrea y escultural por la pincelada pulida y los marcados contrastes de luces y sombras. Sus influencias principales son Botticelli, Bronzino, el retrato manierista en general y el cubismo, pero sin llegar al arte abstracto. Curiosamente, Lempicka empleaba este eclecticismo o fusión de estilos antiguos para representar temas actuales, donde las figuras visten ropajes y peinados de moda.

Otro de sus maestros e influencias fue André Lhote, que le enseñó a seguir una forma de cubismo más suave y refinada que no sorprendió al espectador.

En 1929, Lempicka pinta una de sus obras más conocidas, Autorretrato en Bugatti verde, para la portada de la revista de moda alemana Die Dame. El cuadro la mostraba al volante de un coche Bugatti con un casco de cuero y guantes y envuelta en una bufanda gris, un retrato de belleza fría, independencia, riqueza e inaccesibilidad. En esta obra, Tamara de Lempicka recuerda la trágica muerte de la bailarina estadounidense Isadora Duncan, que murió estrangulada en 1927, cuando su largo chal se enredó en una de las ruedas posteriores de su Bugatti.​ Con este cuadro, De Lempicka quería expresar dos cosas: el auge de las industrias mecanizadas y el coche como símbolo de la emancipación de la mujer.

Aunque sus obras más populares son desnudos, también retrató a su hija Kizette y especialmente a aristócratas ricos de París y Nueva York. Los desnudos son generalmente femeninos, ya sea representados solos o en grupos; Adán y Eva (1931) presenta uno de sus pocos desnudos masculinos.​ Después de mediados de la década de 1930, cuando sus retratos art decó pasaron de moda y "una grave crisis mística, combinada con una profunda depresión durante una recesión económica, provocó un cambio radical en su trabajo", comenzó a pintar temas menos frívolos en el mismo estilo. Pintó varias Madonnas y mujeres con turbante inspiradas en pinturas renacentistas, así como temas más tristes como en La Madre Superiora (1935), una imagen de una monja con una lágrima rodando por su mejilla y como en Escape (1940), que representa a refugiados.

Lempicka muestra elementos del surrealismo en pinturas como Mano Surrealista (1947) y en algunos de sus bodegones, como La llave (1946). Entre 1953 y principios de la década de 1960, Lempicka pintó abstracciones que tienen una similitud estilística con el purismo de la década de 1920. Sus últimos trabajos, pintados en tonos cálidos con una espátula, generalmente han sido considerados los menos exitosos.

Su estética ha atraído a estrellas del espectáculo como Barbra Streisand, Jack Nicholson y Madonna, de quienes se dice que coleccionan sus pinturas. Madonna se inspiró en ella para su vídeo musical Vogue, de 1990. También aparece un cuadro de Tamara en el vídeo musical de la canción Open Your Heart, de la misma cantante.





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