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María Oliveras i Collellmir, la primera anestesióloga catalana.


Maria Oliveras i Collellmir (Argelaguer, 6 de septiembre de 1910 – Barcelona, ​​5 de noviembre de 2009) fue la primera anestesióloga catalana.

Maria Oliveras i Collellmir nació en la Masia del Morató, en Argelaguer (La Garrotxa), en el seno de una familia muy humilde; Eran siete alemanes y ella tendrá que superar muchas dificultades para convertirse en médico. Finalmente, en 1938, fue uno de los pocos regalos de su graduación en medicina: “Empezamos con catorce muchachos -explica Oliveras- y de nosotros creo que éramos unos cuatrocientos... Terminamos solo con dos”. Trabajó en el Hospital Militar de Vallcarca, al final de la Guerra Civil, pero una vez instaurado el franquismo, sus estudios posteriores a 1936 no fueron reconocidos, y no pudo volver a obtener el título hasta 1941, revalidado con nuevos exámenes.

Hasta 1944 trabajó sin remuneración en el Instituto Municipal de Neurología, donde se formó junto al Dr. Roca de Viñals. Así conocí al neurocirujano Adolf Ley, quien la integró a su equipo, poniéndola a cargo de la anestesia de los pacientes. A partir de 1944 todo el equipo se traslada al Hospital Clínic, donde el Dr. Oliveras ocupa una plaza de laboratorio con el Dr. Gibert Queraltó y continúa practicando la anestesia en quirófano con el Dr. Ley.

En 1947 amplió sus estudios en esta disciplina durante una estancia en Oxford y Londres, invitado por Robert Mackintosh, padre de la anestesiología, profesor de Anestesia en la Universidad de Oxford. La colaboración de su marido, el farmacéutico Narcís Esplugas i Sabater, fue crucial en ese momento, porque ya tenían dos hijos y su implicación le permitirá aceptar la beca y compaginar la vida familiar con su formación, algo que no es muy habitual. en aquellos tiempos. Entre 1948 y 1963 fue anestesiólogo en el Hospital Clínic y en centros privados, donde introdujo los últimos avances en anestesia. Desde este año hasta su jubilación, en 1980, se dedicó al trabajo de laboratorio.

Muchos anestesiólogos posteriores se han capacitado con ella y han seguido su maestría. A título póstumo, la Sociedad Catalana de Anestesiología, Reanimación y Terapia del Dolor le concedió la Medalla de Oro.


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