María Elena Moyano Delgado (Lima, 23 de noviembre de 1958-Ib., 15 de febrero de 1992) fue una luchadora social, dirigente vecinal peruana, conocida popularmente como Madre Coraje.
Durante la época del terrorismo en el país, Moyano se alzó contra la organización maoísta Sendero Luminoso; en consecuencia, fue asesinada en Lima a los 33 años de edad por un comando de aniquilamiento de aquella agrupación.
Es reconocida por su lucha contra la pobreza, por la defensa de los derechos humanos y los derechos de la mujer.
Fue dos veces presidenta de FEPOMUVES (Federación Popular de Mujeres de Villa El Salvador) y al momento de su muerte era teniente de alcalde.
El día previo a su muerte, Sendero Luminoso convocó a un paro armado en todo el distrito. María Elena junto a varias mujeres salieron a las calles de Villa El Salvador a desafiar el paro y las amenazas del grupo terrorista de asesinar a quien estuviera fuera de sus casas. El paro armado convocado por Sendero Luminoso fue un fracaso y los Senderistas buscaban represalias.
En respuesta, el 15 de febrero de 1992, a la edad de 33 años, María Elena Moyano, cuando se encontraba en una pollada organizada por el programa Vaso de Leche, fue asesinada por un comando de aniquilamiento de 15 terroristas de Sendero Luminoso, dejando huérfanos a sus hijos, de 10 años y de 8 años, respectivamente. Dentro del local, una mujer del comando le disparó en el pecho y la cabeza, para luego arrastrar su cuerpo y dinamitarlo con cinco kilos de explosivos en la calle. Cuatro días de haber sepultado sus restos, los senderistas dinamitaron su tumba. Su esposo e hijos tuvieron que buscar asilo político en España.
A su funeral asistieron 300.000 personas y resultó en una caída en el apoyo a Sendero Luminoso.
Recibió a título póstumo la Orden al Mérito del Perú.
(...) la revolución es afirmación a la vida, a la dignidad individual y colectiva; es ética nueva. La revolución no es muerte ni imposición ni sometimiento ni fanatismo. La revolución es vida nueva, es convencer y luchar por una sociedad justa, digna, solidaria al lado de las organizaciones creadas por nuestro pueblo, respetando su democracia interna y gestando los nuevos gérmenes de poder del nuevo Perú.