Marija Birutė Alseikaitė-Gimbutienė, conocida como Marija Gimbutas (Vilna, 24 de enero de 1921-Los Ángeles, 2 de febrero de 1994), fue una arqueóloga y antropóloga lituanoestadounidense, reconocida por su investigación sobre las culturas del Neolítico y la Edad del Bronce de la «vieja Europa» —término que introdujo en los estudios arqueológicos—; y por su hipótesis de los kurganes, que situaba la patria protoindoeuropea en la estepa póntica.
Sus trabajos, publicados entre 1946 y 1971, introdujeron nuevos puntos de vista sobre la combinación del tradicional trabajo preparatorio con las interpretaciones lingüísticas y mitológicas, y desafió las creencias existentes sobre las sociedades en la Edad del Bronce. Fue conocida como una de las autoridades más destacadas a nivel internacional en el estudio de ese periodo e innovadora en las técnicas arqueológicas del siglo XX.
En 1956 planteó su famosa hipótesis sobre los kurganes en la monografía The Prehistory of Eastern Europe, que recopiló los estudios realizados entre el Báltico y el norte del Cáucaso el año anterior. Esta hipótesis planteaba la opción de que unos pueblos venidos de Asia central migraron a Europa durante la Edad del Bronce y llevaron consigo una lengua denominada protoindoeuropea. La propuesta provocó gran sorpresa en los círculos arqueológicos.
La atención la centró en el estudio de la representación de la sociedad y el culto femenino. Realizó estudios sobre las sociedades existentes en el Neolítico en el área de los Balcanes. Estas sociedades, según sus estudios, estuvieron gobernadas por mujeres-reinas y sacerdotisas de carácter pacífico a diferencia de otras sociedades de carácter belicista. El estudio de los hallazgos de las figurillas tanto femeninas como masculinas —a las que nombró dioses—, confirmó la existencia del culto sagrado a lo que designó como una única Gran Diosa. Las conclusiones sobre la estructura de dichas sociedades fueron publicadas en 1974 en The Gods and Goddesses.
A partir de los estudios y las investigaciones realizados sobre las culturas prehistóricas del Mediterráneo y centro y noreste europeo del Paleolítico superior y la Edad del Bronce, halló la diversa y compleja estructura de figuras simbólicas femeninas, de pequeñas dimensiones, así como la existencia del culto religioso, en una representación única y universal que denominó Gran Diosa. Este término lo consideró el más adecuado, ya que con él englobó todas las posibles variantes en cuanto a las diversas representaciones y poderes atribuidos a la deidad. De acuerdo con esta idea, el concepto de Gran Diosa se aleja del de la Diosa de la Fertilidad, del de la Madre Tierra y del de la Diosa Madre, ya que según la teoría expuesta por Gimbutas, estas forman parte del concepto de Gran Diosa que engloba todas las posibles representaciones y facetas de la misma y solo describen una parte del papel de la figura principal.
Estableció que la Gran Diosa se relacionaba con las representaciones de las diosas en otras culturas, de la que eran una representación concreta de la Gran Diosa según el culto. Dicho surtido de deidades femeninas lo estableció en cuatro grupos de acuerdo con el significado simbólico de la misma: «Lo que da vida» donde se encuadran las representaciones del cuerpo de la mujer y aquellas relacionadas con la creación de la vida, bien fuesen representaciones humanas o animales. Un segundo bloque lo definió como «La tierra renovadora y eterna», representación de las cuatro estaciones, la fertilidad, y a los seres humanos como parte de la naturaleza. El tercer grupo fue «Muerte y regeneración», recoge a las diosas que quitan la vida y se representaron con formas de serpiente, perros, abejas o de aves. El último grupo engloba símbolos y signos que representan las energías, el tiempo.
Gimbutas asoció a la Diosa serpiente, presente en la cultura cretense, con la Diosa pájaro, símbolo de la energía y de los animales malignos del neolítico, como diferentes facetas de la Gran Diosa. Otras formas de representación de la misma diosa fueron la diosa abeja, la de los animales, la del toro, incluso la dama del laberinto cuya representación fue una constante en el arte minoico. Gimbutas rechazó el concepto de la relación entre la diosa de la fertilidad con las diosas relacionadas con Venus, así como con las denominadas Diosas Madre, Madre Tierra y Madre de los Muertos.
Sobre las sociedades matriarcales rechazó el uso del término matriarcal, ya que según sus estudios en ningún momento las sociedades en las que hubo una gobernanza de mujeres se impuso a las masculinas, ni hubo un dominio de estas sociedades sobre las otras. Sin embargo, el término fue empleado por ella, pero no con el significado que adquirió en tiempos más modernos, hecho que ha dado lugar a diferentes interpretaciones de los estudios sobre la Gran Diosa. Los estudios y hallazgos sobre la Gran Diosa fueron publicados en 1996 en la obra El lenguaje de la Diosa.
Con la llegada de los kurganes en el IV milenio a. C. el culto a la Gran Diosa quedó relegado a un segundo plano en las nuevas sociedades que fueron surgiendo. La tradición y el culto a esta Gran Diosa se ha mantenido, transformándose y evolucionado en algunas sociedades hasta tiempos contemporáneos, manteniéndose en las tradiciones, cultura y religiones.
En una grabación sonora titulada The age of the great goddess, Gimbutas discutía sobre las diversas manifestaciones de la diosa y su comparación con la Tierra como elemento femenino. En 2004, la directora de cine Donna Read y la autora neopagana y activista conocida como Starhawk realizaron un documental en estrecha colaboración sobre la vida y el trabajo de Marija Gimbutas, titulado Signs out of time.