María Graciela del Carmen Iturbide Guerra (Ciudad de México, 16 de mayo de 1942) es una fotógrafa mexicana que ha sido acreedora de varios premios tanto nacionales como internacionales.
Iturbide captura la vida cotidiana casi siempre en blanco y negro. Ella se deja llevar por su curiosidad y fotografía simplemente lo que a ella le gusta. Ella fue inspirada por el trabajo de Josef Koudelka, Henri Cartier-Bresson, Sebastião Salgado y Manuel Álvarez Bravo. Iturbide evita etiquetas sociales y se considera una cómplice de la gente que documenta. Se ha dicho que Iturbide tiene su propia manera de relacionarse con la gente. Produce retratos donde resalta una poesía y vida en sí.
Unas de las primeras obras de Iturbide involucra angelitos, infantes o niños jóvenes que han muerto, y su entierro. Iturbide se obsesionó con la muerte y muchas de sus fotos durante esos tiempos involucran cementerios o familias en camino a un cementerio. A pesar de esto, el crítico Oscar C. Nates nota que la muerte en las fotografías de Iturbide no es tétrica, sino poética. La obsesión de Iturbide con la muerte sólo se detuvo cuando se encontró con el cuerpo de un hombre en rumbo a enterrar un angelito.