El Día de la Higiene Menstrual es una iniciativa celebrada el 28 de mayo con el objetivo de terminar con la pobreza menstrual, concientizar sobre higiene y gestión menstrual deficiente, como así también modificar percepciones negativas o estigmas en torno a la menstruación. La ONG alemana WASH United comenzó el proyecto en 2013. La fecha alude a la duración promedio del ciclo menstrual y sangrado. Desde 2014 se realizan actividades conjuntas con asociaciones y empresas miembro de la coalición de WASH United y se festeja a nivel global con talleres, seminarios, discursos, campañas en medios, proyecciones audiovisuales, marchas y exhibiciones. En 2018 cuatrocientas organizaciones participaron del día a nivel global, y en 2019 se produjeron 726 eventos en 74 países.
La Organización Mundial de la Salud define el Día de la Higiene Menstrual como una oportunidad para integrar medidas relacionadas con la gestión menstrual en programas y políticas a nivel global, nacional y local.
A inicios de la década del 2000 se observaron las primeras iniciativas orientadas a establecer la gestión menstrual como una problemática de salud pública. Hasta ese momento, el manejo de la menstruación era considerado un asunto de índole privada y personal, un tabú y, en algunos contextos, aún se la valora como una condición «socialmente estigmatizante» con la presencia de fenómenos «inevitables» como la vergüenza menstrual. Programas asociados al Agua, saneamiento e higiene (WASH) enfocan esfuerzos en garantizar el acceso de mujeres y niñas, particularmente de países aún no desarrollados, a información sobre salud reproductiva y menstrual, como así también mejorar la infraestructura de saneamiento y la distribución de insumos de higiene. Dicho enfoque contempla la brecha de género en la educación como uno de los condicionantes para un manejo deficiente de la gestión menstrual.
En las campañas participan en conjunto organizaciones no gubernamentales, fundaciones, el sector privado de la industria de productos de higiene y órganos de gobierno, con fondos públicos y privados sustentados a través de donaciones. La gestión menstrual forma parte del Programa de seguimiento conjunto de la Organización Mundial de la Salud y Unicef, y se encuadra a su vez dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible planteados en 2015.
En 2012 se dio el primer antecedente de una campaña orientada a visibilizar los problemas de la higiene menstrual por parte de grupos involucrados en la salud pública. En 2013 la ONG alemana Wash United lanzó una campaña digital que pretendía concientizar sobre la aplicación del agua, saneamiento e higiene (WASH) a la gestión menstrual. Se creó un hashtag #Menstravaganza y la iniciativa en las redes sociales duró 28 días. La recepción positiva propició la creación del Día de la Higiene Menstrual el 28 de mayo, siendo el número del mes (cinco) una alusión a la duración promedio del sangrado y 28 la cantidad de días de un ciclo menstrual completo. Desde entonces, el término «menstravaganza» se utiliza para designar reuniones o actividades relacionadas con la temática, a menudo charlas a estudiantes. En 2014 se celebró por primera vez con una coalición de miembros, entre los que destacaron las organizaciones Water Aid, Save the Children, International Rescue y Plan International. El objetivo, de acuerdo a los organizadores, era evitar una perspectiva occidental en la lucha de los derechos de las mujeres y abordar la situación en los países en vías de desarrollo.
Desde la educación se aborda el ausentismo escolar de las niñas derivado de la falta de insumos de higiene, instalaciones sanitarias deficientes en los colegios o por el estigma propio del ciclo menstrual. Algunos programas como en Uganda considera el alumnado de zonas rurales un grupo vulnerable a la deserción escolar por la falta de recursos económicos o la pobre accesibilidad a productos menstruales.
En 2015 se utilizó el lema «Break the silence on menstruation; keep the girls at school». Unicef hospedó un evento en Malawi en el día de la Higiene Menstrual en el marco del programa Keeping Girls in School (KGIS), fundado por el Departamento de Desarrollo Internacional. El objetivo era terminar con el estigma de la menstruación y generar espacios de educación donde las participantes se sintieran cómodas de expresar dudas o dialogar sobre temas considerados tabú. Se complementó con la entrega de panfletos informativos, que se distribuyeron primero el día del evento como prueba piloto y luego durante el mes siguiente.
Existen lugares donde la menarquía puede exponer al individuo al matrimonio infantil, a formas de violencia sexual y a violaciones de la autonomía corporal. Algunas creencias o normas sociales no permiten a la mujer menstruante participar de ritos religiosos o tareas domésticas, una segregación que se cree tiene un impacto negativo y condiciona, sobre todo a las adolescentes, a la hora de pedir asistencia con la gestión menstrual. El total aislamiento se da en los cobertizos de menstruación. En Ghana en 2015 se brindó una charla a trescientas estudiantes de establecimientos religiosos por parte de educadores y agentes de salud.
El perfil de Instagram aboga por cambiar el nombre del día sustituyendo Higiene por Salud. Dicen:
"Cuando se trata de la menstruación, ¡la higiene es una mala palabra! Tenemos la misión de ampliar la narrativa sobre la menstruación, desde la higiene hasta la salud." #HealthNotHygiene