Ana Caro de Mallén (Sevilla o Granada , 1590 - Sevilla, 6 de noviembre de 1646) fue una poeta y dramaturga española del Siglo de Oro.
Nacida en Andalucía, se discute sobre si nació en Sevilla o en Granada, ya que existen muy pocos datos sobre esta escritora. Residió y publicó en Sevilla, donde tradicionalmente se la citaba como natural por su contemporáneos. Pero según las últimas investigaciones se le supone nacida en Granada, ya que al sus padres adoptivos residían allí. Ana María Caro de Mallén y Torres era hija adoptiva de Gabriel Caro de Mallén y Fernández de Vargas, natural de Lora del Río, y de Ana María de Torres y Rodríguez de Aguilar, natural de Granada. En los registros, aparece junto al nombre de Ana una indicación: "Ana María, esclava de Gabriel Mallén". Este parece avalar la idea de que sus progenitores fueran moriscos ya que el prohijamiento estaba apoyado por la corona ante el problema social que este grupo generaba. Se desconoce si era huérfana de algún rebelde morisco o hija de una esclava de este origen. También figura en su partida de bautismo del 6 de octubre de 1601 la coletilla "era adulta", si bien en esa época la edad penal estaba alrededor de los 10 años. Se cree, que fue criada desde pequeña por sus padres adoptivos, y que adoptada tras el nacimiento del hijo del matrimonio, Don Juan Caro de Mallén y de Torres, nacido en 1600 en Granada, que fue caballerizo mayor de Doña Elvira Ponce de León. Su madre adoptiva falleció en 1606, y su padre adoptivo volvió a casarse con Adolfa de Loyola, natural de Granada, con quien tuvo al menos un hijo, Juan Caro de Mallén y de Loyola, quien fue fraile.
Se tiene constancia de su actividad poética desde 1628, cuando participó con una Relación en las fiestas ofrecidas por Sevilla a los mártires del Japón. Asistió a la Academia Literaria del Conde de la Torre y escribió sobre todo poemas extensos sobre eventos, celebraciones y fiestas públicas, como por ejemplo Romance por la victoria de Tetuán (1633). Ya en Madrid, en 1637, escribió el poema laudatorio Contexto de las reales fiestas madrileñas del Buen Retiro. Fue muy amiga de la famosa novelista María de Zayas, con la que pudo convivir durante un tiempo en Madrid. Fue reconocida por sus colegas masculinos, entre ellos Juan de Matos Fragoso o Luis Vélez de Guevara, quien la menciona en su El diablo cojuelo con el apelativo de "décima musa sevillana". Alcanzó el favor y la protección del Conde Duque de Olivares y del cabildo sevillano. Documentos conservados demuestran que cobró por algunas de sus relaciones poéticas y obras de teatro, por lo que se la considera una de las primeras escritoras profesionales. Rodrigo Caro escribió en Varones insignes en letras naturales de la ilustrísima ciudad de Sevilla que ganó numerosos certámenes poéticos o justas literarias y, desde luego, fue muy celebrada en su tiempo.
Aunque no se conoce con exactitud cuándo empezó a escribir, lo cierto es que desde 1628, año en que publica su primera obra conocida, ocupa una posición consolidada en el campo literario, como demuestran los sucesivos encargos que recibió para escribir varias relaciones sobre sucesos relevantes del momento. A juzgar por estos, además de su capacidad creadora, debió moverse con habilidad por los círculos de la nobleza sevillana cercana al Conde-Duque de Olivares, pues fueron, sin duda, sus excelentes contactos los que le permitieron ganarse la vida con la escritura, sobre todo gracias al beneficio obtenido por estos encargos oficiales, demostrando cómo el mecenazgo compartía espacio con el pujante mercado editorial. Sus poemas se plegaron claramente al discurso dominante y a los hechos religiosos y políticos más importantes del presente, que la autora ensalzó, aprovechando el espacio de los prólogos, inicios y cierres de poemas para dejar constancia del sujeto que escribe y de su mirada sobre los temas que trata.
Murió a causa de una epidemia de peste en Sevilla el 6 de noviembre de 1646. Su entierro fue uno de los más costosos de la época, según la inscripción hallada en Real Parroquia de Santa María Magdalena. Esto nos daría constancia de su fama. Al morir por la peste se explicaría por qué ha llegado hasta nosotros tan poca obra suya, ya que probablemente fue destruida por el fuego.
Obra
Obra poética
Su obra poética conocida son 4 relaciones impresas (1628, 1633, 1635, 1637, las tres primeras en Sevilla y la última en Madrid):
Relación en que se da cuenta de las grandiosas fiestas que en el Convento de N. P. S. Francisco de la Ciudad de Sevilla se han hecho a los Santos Mártires de Japón, Sevilla, Pedro Gómez, 1628;
Grandísima vitoria que alcanzó de los moros de Tetuán Iorge de Mendoça y Piçaña, general de Ceuta, quitándoles gran suma de ganados cerca de las mismas puertas de Tetuán, Sevilla, Simón Fajardo, 1633;
Relación de la grandiosa fiesta y octava que en la Iglesia parroquial del glorioso arcángel san Miguel de la ciudad de Sevilla hizo don García Sarmiento de Sotomayor, conde de Salvatierra, marqués de Sobroso, Gentilhombre de la Cámara del rey, nuestro señor y del serenísimo Infante, caballero de la orden de Santiago, asistente y maese de campo general de la gente de guerra de Sevilla y su partido por su majestad, Sevilla, Andrés Grande, 1635;
Contexto de las reales fiestas que se hicieron en el Palacio del Buen Retiro, Madrid, Imprenta del Reino, 1637.
Las relaciones son encargos hechos por el poder que necesita una literatura de masas que se imprime en pliegos sueltos. El Conde Duque se interesará personalmente por su publicación. Esto hizo que la profesión de poeta fuera muy competitiva y, por ello, es más admirable que estos encargos le fueran hechos.
Además se conservan: unas Décimas a Doña María de Zayas y Sotomayor, 1638; unas Décimas en elogio de D. Francisco Salado Garcés y Ribera, 1640; y un soneto dedicado a Doña Inés Jacinta Manrique de Lara, del que se desconoce la fecha.
Teatro
Respecto a su obra teatralizada, escribió dos comedias: El conde Partinuplés, publicada en 1653, y Valor, agravio y mujer. También una Loa sacramental en la que juega con las distintas jergas que se podían escuchar en la ciudad. Parece ser que asumió ser la encargada de escribir los autos sacramentales para las fiestas del Corpus de Sevilla entre 1641 y 1645, pero solo se han conservado los títulos: La cuesta de la Castilleja, La puerta de la Macarena y Coloquio entre dos.